
En las tierras fértiles y ancestrales de la Finca Belén, en el corazón de Capurganá, cultivamos con dedicación y amor un maíz bonito, fruto de nuestras raíces y tierras. Cada semilla sembrada es un homenaje a la historia y al trabajo de nuestras comunidades, quienes han cuidado estas tierras por generaciones.
Nuestro maíz no solo es alimento, es símbolo de vida, resistencia y conexión con la naturaleza. Desde este rincón de la selva y el mar, queremos compartir contigo el sabor y la esencia de lo que significa cultivar con respeto por la tierra. 🌱